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De ingeniero a empresario gastronómico

29 de abril 2015


Alumnos, Docentes, Graduados, Noticias

Entrevista a Juan Ruiz Díaz.

??????????????????????Juan es ingeniero en alimentos, egresado de la Facultad de Ciencias de la Alimentación (UNER), y participó de la VI Jornada de Graduados que se realizó el jueves 23 de abril donde expuso sobre su experiencia y recorrido profesional. Luego de dedicarse algunos años al rubro gastronómico en yacimientos petroleros de Neuquén,  se animó a emprender y abrió el restaurante “Juan A” que hoy ya cuenta con dos sucursales, además de fabricar su propia cerveza artesanal, con una tirada de cinco mil litros por mes en temporada alta.

Su paso por la Facultad

—Los siete años que estuve, los viví full time. Amaba venir todos los días, he pasado por la parte política, deportiva, social. Es decir, todo lo que la Facultad me ofrecía yo lo aprovechaba. En cuanto al cuestión académico-social, siempre anduve metido en los comedores comunitarios del Área de Extensión, donde le enseñábamos a la gente a usar herramientas de trabajo y desarrollar su propio emprendimiento. También,  fui ayudante de cátedra, presidente del Centro de estudiantes y consejero directivo. Todo lo que la Facultad me ofreció me sirvió como alimento para mi formación.

??????????????????????Primeras experiencias pos académicas

—Después de recibido arranqué con algo que nunca  había hecho que era trabajar para una entidad privada. Salí al mercado como un recién egresado, sin conocimientos previos y empecé en la industria del arándano acá en Concordia, en la parte de control de calidad y empaque. Pero ahí estuve un corto tiempo. Después, un empresario neuquino me ofreció  empezar mi formación en el rubro gastronómico en los yacimientos petroleros, dándole de comer a los trabajadores. Son ocho yacimientos en ocho ciudades diferentes. Los yacimientos tienen nombres son particulares como Loma la Yegua, Loma la lata, Cierra barrosa y están ubicados en desiertos donde se montan todos los comedores en tráileres y se les da de comer a los trabajadores. En este caso, yo era el encargado de manejar todos esos comedores. Recorría cada uno de ellos todos los días.

El camino hacia un viejo sueño

—Estuve tres años y medio con esta gente, dedicando realmente mi vida a esto teniendo en cuenta que trabajaba muchísimas horas para que funcione. Si pasaba algo o no rendía la empresa yo me ponía mal porque lo tomaba como algo personal; si bien no era mío yo lo tomaba como tal. Entonces pensé que si funcionaba para ellos, tendría que funcionar esto también para mí, por lo que fue entonces que tomé la decisión de emprender algo propio. Fue como lanzarme al vacío y cumplir mi sueño de tener un  emprendimiento que me de ganancias, es decir, trabajar para mi mismo porque ese había sido mi sueño durante mucho tiempo. Así que aposté a la parte gastronómica porque era lo que más conocía en ese momento, tomando los tres años de experiencia en la empresa.

—Cuando decido emprender, abro Juana´s, un restaurante de cuarenta cubiertos. El primer tiempo fue duro. Por eso teníamos que improvisar otras cosas para aguantar el negocio, como preparar viandas, hacer eventos, coffee break y distintos servicios que se requerían en Neuquén. Y, si bien no era lo nosotros habíamos pretendido, eran herramientas que nos ayudaban a sobrevivir. Luego de ese tiempo, como a los dos años más o menos, el negocio empezó a andar bien, sobre todo a la noche, lo que llevó a abrir otra franquicia en la otra punta de la ciudad.

—Al año de esto, empezamos a fabricar nuestra propia cerveza artesanal que se llama “Las siete colinas” que hoy lleva dos años en el mercado y con una tirada de cinco mil litros por mes en temporada alta.

—La idea en un futuro es que Juan A sea franquiciable y se trasforme en un producto para vender a un posible inversor y sea llave en mano, lo que sería la idea final del proyecto.

El aspecto comercial y el legado de la Facultad

—Cuando uno emprende y tiene la suerte de pasar por algo académico tan importante como es una Facultad de ingeniería, te permite profesionalizar los emprendimientos que se puedan hacer. Creo que si no hubiese pasado por la facultad me hubiera constado diez veces más lograr lo obtenido hasta ahora ya que no tendría las herramientas de profesionalidad y responsabilidad en el proceso que implica el diseño y ejecución de algún producto.

¿Juan A en Concordia?

—Eso es algo que evalúo todo el tiempo. Hablo con amigos que ya tienen un capital bueno ahorrado y se los estoy proponiendo, así que si Dios quiere pronto vamos a estar en Entre Ríos. Por supuesto que en Concordia sería lo ideal. En principio hay que evaluar las condiciones para que el negocio sea rentable.

Una reflexión para los jóvenes estudiantes

—Con respecto a la parte académica les diría que terminen la carrera, que no sean absorbidos por algunas empresas y dejen el estudio a medias porque el fin no es bueno aunque aparentemente el presente sea atractivo por el hecho de ser jóvenes y tener un sueldo. Pero hay que tener en cuenta que el proyecto final es obtener un título y te lo tenés que ganar. Si bien no está mal adquirir un poco de experiencia antes de recibirse, lo ideal es obtener el título. Por ahí es necesario comer un poco mas de arroz o fideos para llegar a la meta que es lo más importante en este caso.

—En cuanto a lo que tiene que ver con los sueños, es justamente eso, un sueño que está en el aire y lo tenés que bajar a la tierra, meterte adentro del sueño y hacerlo realidad. Para hacerlo realidad hay que ejecutarlo, para ejecutarlo necesitas tomar un riesgo y esto es una situación de compromiso que puede resultar bien o no.  El tema es que si realmente lo crees en tu corazón, es muy difícil que salga mal un sueño, es como algo contradictorio desear algo con toda el alma y que te salga mal; creo que tendría que pasar algo demasiado grande para que falla un emprendimiento que surge de un sueño personal. Generalmente, la referencia que se pone como negativo o positivo en un emprendimiento es el ingreso. Pero yo creo que si alguien emprende algo y ese emprendimiento, en un principio, se va desarrollando pero no te deja ni un peso en el bolsillo, ya es un éxito. Se puede decir que muchos miden las cosas por lo monetario y ese es el primer error que se comete a la hora de emprender algo.

Sólo se puede pensar en una cosa después de escuchar este tipo de experiencias: querer es poder; y Juan es una prueba viviente de esto dado que tuvo la valentía y determinación de tomar la decisión más difícil que fue seguir el camino de su sueño.

 *Entrevista realizada por Juan Manuel Carmele, pasante de Comunicación Social de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de Entre Ríos.

 

 

 

 


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